diumenge, 26 de maig del 2013

El disco astrológico de Chevroches

En el año  2001 en Crevroches ( Nièvre) se hallaron numerosos objetos metálicos, fíbulas, herramientas, llaves, cadenas, etc... de entre ellos destaca un disco astrológico único en su género que ha sido estudiado* por el INRAP (Institut Nationale de Recherches Archeologiques Prèventives) y datado en la segunda mitad del siglo IV d. C.


Este disco está constituido por una fina lámina metálica (aleación de cobre) de 0'5 mm de grosor con un agujero en el centro. Tiene 64' 5 mm de diámetro y una curva máxima de 13 mm. Tras la cuidadosa restauración se apreció que estaba cincelado y dividido en doce compartimentos iguales,  y en cada uno de ellos se leen tres palabras superpuestas escritas con letras griegas:

  •  La línea exterior corresponde a los doce meses egipcios.
  •  La línea central es la de los signos del zodiaco en dativo  (sin la iota suscrita).
  • La línea interna a los doce meses romanos escritos de forma abreviada.

La lectura del disco debe comenzar a partir de Thoth, el primer mes del calendario egipcio que empieza en nuestro 28 de agosto (o 29 para los años bisiestos). Hay que observar que la coincidencia entre los meses romanos y egipcios no es muy exacta.



La singularidad del objeto por el uso del alfabeto griego para referirse a meses y signos zodiacales egipcios y romanos así como la relación entre diferentes calendarios nos permiten afirmar que constituye un instrumento de gran rareza que debía ser utilizado por alguien con profundos conocimientos astrológicos.

Para observar virtualmente el disco pincha en este enlace



Resulta muy difícil saber cómo se usaba pues si bien la práctica de la astrología tiene una larga tradición, no han llegado detalles concretos sobre su funcionamiento. Los investigadores del INRAP después de estudiar muchos horóscopos y basándose en el horóscopo de Tryphon  de los papiros de Oxirrinco, P. Oxy 2 235, han formulado una hipótesis:

El astrólogo comenzaba por poner su mapa del cielo (sobre papiro o tablilla de madera), con el dibujo de la eclíptica, y sobre éste los signos (por ejemplo Tauro y Sagitario), luego calculaba la cumbre de la bóveda, el hipogeo, y luego determinaba la posición de los planetas manteniendo la hoja de papiro delante de él. Después haciéndola pivotar, escribía a 180 ° los nombres de los signos del zodiaco.

Para evocar este momento quizá nos pueda servir un fragmento de la Novela de Alejandro de Pseudo Calístenes  en el que se nos cuenta la predicción del faraón Nectanebo a la  Reina Olimpia, que nos puede evocar este momento:

Y metiéndose la mano en un pliegue de su ropaje sacó una tablilla, que no puede describir el lenguaje, hecha de oro y de marfil, en la que figuraban los siete astros y el horoscopo. El sol era de cristal, la luna de diamante, el llamado Zeus de pumita, Ares de hematites, Cronos de ofita, Afrodita de zafiro, Hermes de esmeralda y el horóscopo de mármol blanco.  Admirada Olimpíade de la suntuosidad de la tablilla, se sienta junto a Nectanebo y, después de ordenar a los demás que se aparten, le dice:
-!Profeta, revélame a mi y a Filipo nuestro sino!
Se había difundido entonces el rumor en tomo a ella de que "así Filipo regrese de la guerra, despedirá a su mujer y desposará a otra".
Nectanebo le dijo:
-Indícame tu estrella e indícame también la de Filipo.
¿Y qué más hizo entonces Nectanebo? Sitúa también su propia estrella natal frente a la de Olimpíade, y haciendo su vaticinio, le dijo:
-No es falso el rumor que has oído acerca de ti. Pero puedo ayudarte en mi condición de profeta egipcio para que no seas rechazada por Filipo.


Sin embargo se mantiene como una incógnita su funcionamiento concreto, quizá haya otros descubrimientos que nos den una respuesta más adelante.

Salutem plurimam!