dilluns, 30 de maig del 2011

El paso del tiempo en el arte: Horas y Kairoi

En la representación plástica de las Horas como Estaciones del año encontramos, en el Período Imperial, la presencia simultánea de unos Genios masculinos llamados Kairoi, figuras artísticas sin tradición religiosa y que se encuentran exclusivamente en el arte de este Período. Aparecen como niños o adolescentes, aunque puede ser que uno de ellos, el que representa el Invierno, sea de mayor edad. Pueden aparecer jugando o montando en carros y, al igual que las Horas, se los encuentra en todo tipo de soporte cantando la alegre y eterna sucesión de los años.



En los sepulcros, donde acompañan frecuentemente a Dioniso, como garante del renacer de la Naturaleza, le auguran al muerto la continuidad infinita de la vida. Precisamente su carencia de tradición religiosa hace que, iconográficamente hablando, sus representaciones sean muy variadas: con o sin alas, vestidos o desnudos, con la única excepción de la Hora y el Kairós del Invierno, que aparecen siempre vestidos y velados. En cuanto a sus atributos, son prácticamente los indicados por Ovidio:

Febo, cubierto con ropa púrpura, estaba sentado en un trono lleno de brillantes esmeraldas. A derecha e izquierda, se encontraban de pie el Día, el Mes, el Año y el Siglo, y las Horas, situadas a igual distancia las unas de las otras; allí estaba la joven Primavera, con una corona de flores; el Verano, desnudo i con una guirnalda de espigas; el Otoño, lleno de manchas de uvas pisadas, y el Invierno, con sus cabellos blancos erizados. Ovidio, Metamorfosis, II, 24 y ss.


Es decir, la Primavera lleva flores; el Verano, una hoz y espigas; el Otoño, un cesto de frutas y un animal cazado, o bien uvas, un vaso y un tirso dionisiaco, y el Invierno, una caña y pájaros muertos. Estas representaciones se mantienen hasta las últimas figuraciones antiguas, mosaicos del s. V dC., y, en el caso de los Kairoi, hasta las del principio del s. VI. Solo en alguna ocasión aparece algún cambio, como el de adornar con ramas de olivo al Otoño.




Algunas veces se confunden Kairoi y Karpoi (lat. Copiae), pero según Miguel Ángel Elvira, Arte y mito: manual de iconografía clásica, pág. 310, deberían reservarse los segundos para los niños que aparecen a menudo sobre la figura de Tellus, la Tierra, en alusión a su carácter de madre generosa y fértil. Es posible, de todas formas, que esta confusión se diese ya en la Antigüedad, dado que, a menudo, se ve a los Karpoi con los atributos de los Kairoi.



Aunque el arte paleocristiano intentó mantener la iconografía de las Estaciones (mosaico del Oratorio del Buen Pastor, Aquileia, S. V), pronto aparecieron competidores a las figuras de las Horas: los Meses. La personificación de los Meses, no obstante, se había dado ya mucho tiempo atrás: los encontramos, por ejemplo, en un vaso ático del 375 aC aprox. como jóvenes con atributos que hacían referencia a fiestas celebradas en cada uno de los meses del año y los volvemos a encontrar en el calendario representado en el friso de la fachada de la Pequeña Mitrópolis de Atenas (s. II aC)



En época romana continuó la tradición y aumentaron los atributos y simbolismos: frutos, vientos dominantes, alusiones a fiestas, dioses protectores _ como Marte en marzo o Venus en abril_ o las labores agrícolas (calendario de El Djem), que sustituyeron a las personificaciones. Este tipo de representaciones siguió durante toda la Edad Media y fue decayendo, según iba avanzando el Renacimiento, a favor, otra vez, de las Estaciones. Se dieron tres posibilidades: una, la de evocar, como en época romana y la Edad Media, mediante la representación de las labores agrícolas (J. Bassano, 1575); las otras dos, en cambio, vuelven a la Antigüedad, bien recuperando las iconografías de las Horas y los Kairoi y cubriéndolas de atributos bien atendiendo a textos antiguos que relacionaban a ciertos dioses con estaciones concretas, lo que ya había hecho Lucrecio ( De rerum natura V, 737-744) al relacionar a la Primavera con Venus y Flora, al Verano con Ceres y al Otoño con Baco.
















El sentido último de las Horas como organizadoras del día no atrajo la atención del arte romano, ni tampoco es fácil hallarlas en la edad moderna. Sin embargo, no puede olvidarse cuán íntimamente unido está su significado a una de las funciones tradicionales de las Horas: cuidar los caballos de Helios, preparar su carro todas las mañanas e incluso dirigirlo en algunas ocasiones (B. Peruzzi, en Villa Farnesina; Girolamo de Carpi, apr. 1550) A veces, estas Horas pueden llevar alas de mariposa porque la hora es ligera y su carrera rápida (G. Vasari, Ragionamenti)


Fuente: Miguel Ángel Elvira, Arte y mito: manual de iconografía clásica


diumenge, 22 de maig del 2011

Año, ano y anillo

Quizá resulte chocante ver juntas las palabras año, ano y anillo ya que tienen significados muy dispares, sin embargo estas tres palabras están relacionadas etimológicamente según algunos autores para quienes todas proceden de anus, círculo. Vamos a verlas por parejas:

(Imagen: Eón y Tellus rodeado de cuatro niños que representan las estaciones personificadas, mosaico romano de una villa de Sentinum, comienzos del siglo III, Gliptoteca de Múnich (Inv. W504). Wikipedia)

Anus “círculo” y annus “año”

Las fuentes clásicas nos dicen que de la palabra anus, "círculo" deriva annus, "año" con geminación expresiva por la idea de círculo, de período, de revolución solar.

  • Varrón De lingua Latina VI, 8.

Tempus a bruma ad brumam dum sol redit, vocatur annus, quod ut parvi circuli anuli, sic magni dicebantur circites ani, unde annus.

Se denomina annus (año), porque al igual que a los círculos pequeños se les llama anuli (anillos), así a los círculos grandes se les llamaba ani, de donde viene el nombre de annus.

  • San Isidoro, Etimologías V, 36, 1

Annus autem dictus quia mensibus in se recurrentibus volvitur. Unde et anulus,quasi annus, id est circulus, quod in se redeat.

Se llama año porque regresa al punto inicial después del decurso de los meses. De ahí que se de al anillo el nombre como si dijera año en el sentido de círculo porque retorna a su comienzo.

Esta es también la opinión autores más modernos como Angel Pariente en su Estudios de fonética y morfología latina (Universidad de Salamanca, 1949). También el diccionario Lewis and Short insiste en esta relación.

Sin embargo hay otros autores, como Ernout-Meillet para quienes la palabra annus (año) no tiene ninguna relación con anus (círculo, anillo). Explican la grafía de esta última con doble n, annus y annulus por influencia de la palabra annus, y se debe a una falsa relación etimológica.

Anus “círculo”, ano y anulus “anillo”

Por otra parte la palabra anus, “círculo” adquirió el significado de “ano” pasando a ser un eufemismo de culus, que se consideraba más grosero. Así Cicerón en su carta Ad Familiares XXII nos hace patente este uso

"Anum" appellas alieno nomine: cur? si turpe est, ne alieno quidem; si non est, suo potius.

Lo llamas ano con nombre prestado. ¿Por qué? Si es obsceno, también lo será con nombre ajeno, si no lo es, llámalo con el propio.

Por consiguiente para decir anillo se usaba el diminutivo de anus, anulus e incluso anellus, "anillito" tal como leemos en San Isidoro y Horacio.

San Isidoro, Etimologías XIX, 32: El nombre de anillo es una forma diminutiva de anus.

Horacio, Satirae, 2, 7, 9: cum tribus anellis. con tres anillos.


¿Quién llevó el primer anillo?

Nos dice San Isidoro (Eti. XIX, 32) que los hombres comenzaron a llevar anillos imitando al titán Prometeo.




Mano de una escultura del foro de Lucentum .MARQ).

Se dice que Prometeo fue el primero que ciñó su dedo con un aro de hierro en el que iba engarzada una piedrecilla. Siguiendo su ejemplo los hombres empezaron a usar anillos.

Según el mito Prometeo fue encadenado en el Cáucaso por Zeus quien prometió que nunca lo desataría, sin embargo Hércules consiguió liberarlo. Como esto aumentaba la proezas de su hijo, Zeus lo permitió pero para que su juramento no hubiera sido en vano ordenó a Prometeo que llevara un anillo fabricado con el acero de las cadenas y así una atadura de acero seguía uniendo al titán con su peña.

Entre los griegos el primer testimonio escrito en el que se menciona un anillo es el episodio narrado por Heródoto sobre el anillo de Polícrates en Historias III, 41. Polícrates de Samos era un hombre tan afortunado y bendecido por los dioses, que, habiendo tirado al mar un anillo de gran valor que poseía, le fue devuelto posteriormente por un pescador que había capturado al pez que se lo había tragado. Amasis de Egipto pensó que un hombre así tendría que ser castigado algún día por los dioses, envidiosos del éxito y felicidad de un hombre. Esto fue para él suficiente razón como para romper el pacto de hospitalidad, ya que no quería que la posible futura mala suerte de su aliado se volviera también contra él.

Parece ser que la costumbre de llevar anillos entre los romanos llegó procedente de sabinos o etruscos según el testimonio de Plinio (Naturalis Historia XXXIII) de que las estatuas de los reyes Numa y Servio Tullio llevaban anillos en el dedo cuarto de la mano izquierda. Y esta parece ser la ubicación más habitual, San Isidoro nos da una razón

Los hombres en un principio llevaban los anillos en el cuarto dedo a partir del pulgar, porque por él corre una vena que llega hasta el corazón y los antiguos pensaron que era preciso señalarla y adornarla de una manera especial

En los sponsalia romanos, en los que se celebraba la promesa de futuras nupcias, el sponsus o prometido regalaba a la novia, como garantía del compromiso, presentes de valor entre los que destaca el anulus pronubus, anillo de oro o de hierro, con una gema engarzada, que le era colocado también en el dedo anular de la mano izquierda. Según Aulo Gellio, Noctes Atticae X, 10 por lo siguiente

Sabemos que los antiguos griegos llevaban el anillo en el dedo de la mano izquierda que está junto al meñique. Se dice que también los romanos en su mayoría utilizaban anillos así. Dice Apión, en sus libros sobre Egipto, que ésta es la causa de esta costumbre: porque, seccionados y abiertos cuerpos humanos, como era costumbre en Egipto, lo que los griegos llaman anatomía, se encontró un nervio finísimo que sale del dedo que hemos dicho y llega al corazón del hombre. Además no parece una torpeza que este dedo fuera el mejor para ser decorado con tal honor, por su contenido y por estar conectado con la parte principal del corazón.

Manos de bronce con anillo y brazalete, siglo VII a.C de flickr

Sin embargo esta explicación de Aulo Gellio está teñida de un sentimentalismo que no tiene cabida en la mayoría de los esponsales romanos en los que la mujer es un sujeto pasivo que no participa en la elección de su futuro marido.

Se trata más bien de hacer visible a todos el compromiso establecido mediante una prueba tangible, el anillo que se colocaba en la izquierda desde época etrusca porque molestaba menos para los quehaceres diarios, tal como leemos en Macrobio Saturnalia 7, 13, 7, quien a través de Ateio Capitón nos dice que las modas de llevar gemas preciosas hizo que

se dejara exenta del uso de anillos la mano derecha, que se relegase a la zurda, que es más ociosa, para que con el movimiento frecuente y el trabajo de la mano derecha no se rompieran las piedras preciosas.

Jurídicamente la entrega del anillo era un regalo sin compromiso legal, sin embargo para Tertuliano sí que tiene la garantía de un futuro matrimonio, pues en su De idolatria cuando habla de los sponsalia para indicar la solemnidad del compromiso usa como equivalentes sponsalia y anulus.

Del mismo modo Juvenal Sat 6, 25 se refiere al anillo así:

Y tal vez ya le pusiste al dedo la prenda del compromiso

También Plinio en Nat Hit XXXIII, VI utiliza la fórmula sponsio anulo exsiliente para referirse a los compromisos nupciales hechos con la entrega del anillo en garantía.

Este anulus pronubus es nuestro actual anillo de compromiso que el chico regala a la novia y ésta lleva en el anular de la mano izquierda, como una evidente herencia de nuestra cultura clásica.

Los anillos para los romanos tenían una gran carga simbólica, remarcando su nacimiento, anulus natalitius, el compromiso de boda, anulus pronubus, la posición social, anulus aureus, el anillo de los soldados, pero también fines prácticos, el anillo como llave, como caja, como sello , como amuleto…. de los que veremos más adelante características propias y otras curiosidades generales, así como su pervivencia en la actualidad.

Salutem plurimam!!


dimarts, 17 de maig del 2011

Ὧραι

Diosas de las estaciones y del tiempo en la Antigua Grecia. Hijas de Zeus y Temis, hermanas de las Moiras y de las Ninfas que habitaban el río Erídano, en principio eran personificaciones de los fenómenos naturales; más tarde, sin embargo, aparecen como protectoras del crecimiento y la prosperidad adoradas en Atenas con los nombres de Thalló (Θαλλώ), Auxó (Αὐξώ) y Karpó (Καρπώ), es decir, como personificaciones de la naturaleza en primavera, verano y otoño, respectivamente; en Hesíodo, Teogonía, 901 y ss., en cambio, aparecen en número de tres como representantes de la Justicia (Δίκη), de la Paz (Εἰρήνη) y de la Legalidad (Εὐνομία), pues supervisan las acciones de los hombres y manifiestan la armonía y el orden en general. En esto, como en muchos otros casos de la mitología griega, se observa una transición gradual que va desde lo puramente físico a las nociones éticas, y la influencia que las Horas originalmente tenían en la naturaleza se trasladó posteriormente a la vida humana en particular.

δεύτερον ἠγάγετο λιπαρὴν Θέμιν, τέκεν Ὥρας,
Εὐνουμίην τε Δίκην τε καὶ Εἰρήνην τεθαλυῖαν,
αἳ ἔργ᾽ ὠρεύουσι καταθνητοῖσι βροτοῖσι, […]

Hes. Teogonía. 901

También en Pseudo-Apolodoro:

Con Temis, la hija de Urano, él [Zeus] fue padre de sus hijas las Horas, por su nombre Eirene, Eunomia y Dike. Biblioteca 1. 13

Fueron las primeras en recibir a Afrodita en Chipre y, después de vestirla, la escoltaron hasta el Olimpo; adornaron con flores a Pandora; se las cita también como asistentes de Helios, incluso ayudan a Chloris en su trabajo, en la germinación y floración de la tierra, regulando las estaciones del año. En otros mitos las vemos acompañando a Pan o formando parte del séquito de Dioniso, dios del renacer de la Naturaleza; según los Órficos, las Horas, junto con las Gracias y las Moiras, condujeron a Perséfone en su ascensión desde el Hades en primavera y, según Pausanias, estuvieron presentes en el nacimiento de Atenea.


Homero, sin especificar su número ni su origen, las presenta como las guardianas de las Puertas del Cielo que cierran y abren, amontonando nubes ante el Olimpo o dispersándolas. Eran, por tanto, supervisoras del clima, aunque más bien ministras del único que tenía poder sobre el cielo, Zeus. Se ocupaban también de los caballos de Hera.

Ἥρη δὲ μάστιγι θοῶς ἐπεμαίετ᾽ ἄρ᾽ ἵππους: αὐτόμαται δὲ πύλαι μύκον οὐρανοῦ ἃς ἔχον Ὧραι, τῇς ἐπιτέτραπται μέγας οὐρανὸς Οὔλυμπός τε ἠμὲν ἀνακλῖναι πυκινὸν νέφος ἠδ᾽ ἐπιθεῖναι. τῇ ῥα δι᾽ αὐτάων κεντρηνεκέας ἔχον ἵππους: εὗρον δὲ Κρονίωνα θεῶν ἄτερ ἥμενον ἄλλων ἀκροτάτῃ κορυφῇ πολυδειράδος Οὐλύμποιο.

Hom. Il. 5.749-755


La mitología las presenta como hermosas jóvenes adornadas con flores y frutos. Son amables y benevolentes, trayendo a dioses y hombres muchas cosas que son buenas y deseables.

A medida que fueron concebidas para promover la prosperidad de todo lo que crece, aparecen también como protectoras de los jóvenes y de los recién nacidos entre los dioses y en el juramento que los jóvenes atenienses pronunciaban en el templo de Aglauro en su efebía se menciona a Thalló y a Auxó, entre otros dioses. (Pólux, VIII, 106):

No deshonraré las armas sagradas que llevo; no abandonaré a mi camarada de lucha; combatiré por la defensa de los santuarios del Estado, y transmitiré a la posteridad no una patria empequeñecida, sino más grande, más poderosa, en la medida de mis fuerzas y con la ayuda de todos. Obedeceré a los magistrados, a las leyes establecidas y las que se instituyan debidamente; si alguien intentara abolirlas se lo impediré con todas mis fuerzas y con la ayuda de todos. Honraré los cultos de mis padres. Tomo como testigos a las divinidades: Aglauro, Hestia, Enio, Enialio, Ares y Atenea, Areia, Zeus, Talo, Auxo, Hegemones, Heracles, los Limites de la patria, los Trigos, las Cebadas, las Viñas, los Olivos y las Higueras.

Finalmente, atenuado su significado inicial, adoptan un carácter simbólico y alegórico y acaban como subdivisiones del tiempo. En efecto, los escritores alejandrinos elevaron su número a doce, es decir, tantas cuantas son las horas del día y de la noche, y las consideraron hijas de Chronos y Gea. Higino (Fábulas 183) elabora una primera lista de nueve Horas, en la que se aprecia una gran confusión, dado que mezcla los nombres originales con los epítetos: Auxó (Αὐξώ), ninfa de las plantas; Eunomía (Εὐνομία) la del buen orden; Férousa (Φέρουσα), diosa de la sustancia y las granjas; Karpó (Καρπώ), hora otoñal; Díke (Δίκη), diosa de la justicia; Euporía (Εὐπορία), diosa de la abundancia; Eiréne (Εἰρήνη), diosa de la paz; Orthosía (Ὀρθωσία), diosa de la prosperidad; Thalló (Θαλλώ), hora de la primavera.

En una segunda lista de once Horas, a la que después se añadió Árktos, aparecen como diosas menores guardianas del tiempo y del orden del día y van desde el momento antes del amanecer hasta justo después del anochecer: Aúges (Αὔγης), la primera luz; Anatolé (Ἀνατολή), amanecer; Mousiké (Μουσική), la hora matutina de la música y del estudio; Gymnasía (Γυμνασία), la hora matutina del ejercicio físico; Nýmfe (Νύμφη), la hora de las abluciones; Mesembría (Μεσημβρία), el mediodía; Spondé (Σπονδή), la hora de las libaciones; Teleté (Τελετή), la primera hora de trabajo de la tarde; Akté (Ἀκτή), la segunda hora de trabajo de la tarde; Hesperís (Ἑσπερίς), atardecer; Dýsis (Δύσις), ocaso y Árktos (Ἄρκτος), la última luz.

Los romanos propusieron cuatro Horas y las consideraron hijas de Helios y de Selene.

Febo, cubierto con ropa púrpura, estaba sentado en un trono lleno de brillantes esmeraldas. A derecha e izquierda, se encontraban de pie el Día, el Mes, el Año y el Siglo, y las Horas, situadas a igual distancia las unas de las otras; allí estaba la joven Primavera, con una corona de flores; el Verano, desnudo i con una guirnalda de espigas; el Otoño, lleno de manchas de uvas pisadas, y el Invierno, con sus cabellos blancos erizados. Ovidio, Metamorfosis, II, 24 y ss.


Su culto se propagó por muchas regiones de Grecia, donde había templos y altares especiales para las Horas. En Atenas las honraron por medio de la celebración de una fiesta especial llamada Ὡραία. Sus estatuas adornaron también la antigua Olimpia y los templos de diferentes ciudades.

[En el templo de Zeus en Megara:] Por encima de la cabeza de Zeus están las Horas y las Moiras, y todos pueden ver que él es el único dios obedecido por el Destino y el que reparte las estaciones como es debido. Pausanias, Descripción de Grecia 1. 40. 4


dilluns, 9 de maig del 2011

VII Jornadas de Cultura Clásica.com en Mérida 2011


Al igual que el año pasado (en el mes de abril 2010) hemos tenido el honor y el placer de participar en las VII Jornadas de Culturaclasica.com, celebradas este fin de semana en Mérida.
Una propuesta muy completa que cuenta con interesantes e ilusionantes ponencias sobre didáctica de las lenguas clásicas, con teatro clásico, con la visita guiada a la ciudad de Mérida y a su magnífico Museo de Arte Romano, pero sobre todo con una gens classica cada vez más numerosa con una energía increíble. Por nuestra parte hemos compartido nuestro trabajo con la presentación de dos talleres:

La ciudad de Mérida y su Museo con su enorme riqueza patrimonial, la curiosidad y creatividad de nuestros compañeros nos ha sugerido nuevos materiales y actividades que enriquecerán los talleres.

Agrademos a todos la cálida acogida que nos han brindado, a los organizadores Antonio y Santiago que han contado con nosotros y nos han dado todas las facilidades posibles, a los asistentes a los talleres por su cordialidad y los ánimos que nos transmitido para continuar trabajando, a las mejores matronae romanae, Isabel y Celina, que nos han permitido presentaros los materiales didácticos del taller (agendas, calendarios..).

Plurimas gratias omnibus agimus!


De estos talleres podéis ver algunas imágenes en este álbum:



Hasta la próxima jornada!!