diumenge, 15 de juny del 2008

Vestalia

Las Vestalia se desarrollan durante tres dias, del 7 al 9 de junio, pero realmente abarcan hasta el día 15 de junio en el que se realizaba la limpieza del templo. En el calendario de Philocalus del 354 d C en el mes de junio se marcan las tres fechas principales:

  • el día 7 vesta aperitur,

  • el 9 vestalia

  • y el 15 vesta clauditur

El templo, cuyo acceso está prohibido a los hombres siempre, se abre el dia 7 de junio a las matronas. Habitualmente sólo tenían acceso a él las Vestales y el Pontifex Maximus y éste no podía pasar del penus. Según Sextus Pompeius Festus en De Verborum Significatu : Penus vocatur locus intimus in aede Vestae tegetibus saeptus, qui certis diebus circa Vestalia aperitur.


En el podio del templo se abría una cavidad trapezoidal a la que se accedía solo desde la cella que parece ser la ubicación del penus Vestae, donde se guardaban unos misteriosos objetos sagrados que aseguraban la grandeza de Roma que no podían ser vistos más que por las sacerdotisas, y que según Servio, Comentarios a la Eneida, VII, 188,eran siete objetos de los que se conocen tres:


septem fuerunt pignora, quae imperium Romanum tenent: †aius matris deum, quadriga fictilis Veientanorum, cineres Orestis, sceptrum Priami, velum Ilionae, palladium, ancilia.



Eran pues, el alfiler de la madre de los dioses, una cuádriga de barro de los Veyenses, las cenizas de Orestes, el cetro de Príamo, el velo de Iliona, los escudos sagrados de Marte, y el Paladion, que era una imagen de la diosa Palas Atenea-Minerva, que fue el amuleto de Troya y que Eneas trajo de esa ciudad junto con los Penates.


En la imagen se ve a Vesta con el Palladium en la mano.


En el año 241 a C se produjo un gran incendio y el Pontífice Máximo Lucio Cecilio Metello entró en el templo y consiguió salvar el Paladion y los otros fetiches sagrados de Roma. Pero su hazaña le costó la ceguera. Ovidio Fasti VI, pone en su boca estas palabras: Perdonadme, objetos sagrados. Yo, un hombre, voy a entrar en un lugar al que los hombres tienen prohibido el acceso. Si ello es un crimen, que el castigo por cometerlo, caiga sobre mí. Que al precio de mi vida Roma conserve su libertad.


Durante los días de las Vestalia las matronas acudían con los pies desnudos y el cabello suelto para pedir por el bien de su hogar y de su familia, tal como acudían en momentos de sequía a rogar la lluvia a Júpiter. Solían llevar al templo platos con manjares variados y las vestales les ofrecían la mola salsa.



Hasta nuestros tiempos ha pervivido algo de la antigua tradición: un platillo purificado contiene el alimento que se ofrenda a Vesta. Ovidio Fasti VI

La razón por la que iban descalzas debía ser de carácter mágico para tener mayor contacto con la tierra y los dioses ctónicos. Aunque Ovidio nos da otra explicación, este lugar que actualmente ocupan los foros estaba antaño cubierto por húmedos marjales;(.....)hoy día estos parajes son tierra seca pero aquella antigua costumbre ha perdurado.


El 9 de junio la fiesta era más popular, era la fiesta de los panaderos y los molineros, por su relación con el fuego puesto que lo utilizan en los hornos para hacer el pan. Adornaban a los asnos, ayudantes de su trabajo y también las ruedas de los molinos con coronas de violetas y panecillos.


He aquí que del cuello adornado de guirlandas de los asnos cuelgan panecillos, y coronas trenzadas velan las rugosas piedras de los molinos. Y más adelante nos dice 469-472


Tan pronto como se despoja de sus coronas de violetas a lo orejudos asnos y las ásperas piedras de los molinos vuelven a triturar los granos de Ceres....



El asno participa de la fiesta por su actividad en la molienda del grano pero también por ser el animal consagrado a la diosa Vesta ya que, tras un banquete al que asistieron los dioses, cuando adormilada, estaba a punto de ser violada por el borracho Príapo, el rebuzno de un asno la puso en guardia y sus gritos hicieron huir a aquél.





Del 7 al 14 de junio eran dias ATRI, dias negros considerados funestos o infelices en los que estaba prohibido hacer algo que no fuera absolutamente necesario: no había ceremonias de culto, bodas, banquetes, asambleas. La razón de ser considerados ATRI es por el peligro místico que conllevaba el hecho de que en este tiempo el templo de Vesta permanecía abierto y por lo tanto los talismanes de Roma salían al exterior. Tambien eran ATRI los aniversarios de catástrofes y derrotas, los días de los muertos y del MUNDUS PATET, el día 1 de marzo y 19 de octubre, cuando los Salios sacaban los ancilia, escudos sagrados y los dias siguientes a las Kalendas, las nonas y los idus.


La flaminica Dialis a través de Ovidio Fasti VI nos dice que


Hasta tanto el apacible Tíber de amarillentas aguas no se haya llevado hasta el mar las inmundicias del tiempo de la troyana Vesta, no me está a mí permitido peinar mis cabellos con el peine de boj, ni cortarme las uñas con el hierro, ni tener contacto con mi marido, aunque él es el sacerdote de Júpiter y a pesar de que estoy unida a él por un lazo indisoluble.


El día 15 se procedía a la limpieza del templo y se barria solemenente, depositando la basura fuera de la ciudad o en un lugar a mitad de la cuesta del capitolio, o según Ovidio se arrojaba al Tíber. Era éste un dia FISSI, nefasto (prohibida toda actividad humana excepto la religiosa) hasta que se realizaba un acto religioso concreto a partir del cual era fasto (y se permitia toda actividad humana).


Este día se señalaba en los calendarios con Q.S.T.D.F, que Varrón De lingua latina, VI, 17, explica así : Dies qui vocatur "Quando stercum delatum fas," ab eo appellatus, quod eo die ex Aede Vestae stercus everritur et per Capitolinum Clivum in locum defertur certum.


El dia que se llama «cuando la basura haya sido sacada, es fas», es así denominado porque en esa fecha se barre la basura del templo de Vesta y, bajando por la costanilla del Capitolio, es llevada a un lugar determinado.



La recreación de estos rituales y ceremonias es una magnífica oportunidad de trabajar con los alumnos desde una perspectiva más lúdica y participativa para la clase muchos aspectos del mundo clásico: dioses, sacerdotes, templos, indumentaria, objetos de culto... Por eso os recomiendo las Vestalia que ha realizado Charo Marco en su blog De Re Coquinaria, y

Bona Vestalia!!

Vesta y las vestales


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Vesta, Hestia para los griegos, era la diosa virgen y pacífica que representaba y sacralizaba la tranquilidad del hogar familiar, el cuidado de la familia y la obligación y costumbre ancestral de mantener el fuego del hogar siempre encendido. El fuego le está consagrado por su pureza y porque permanece incontaminado, es purificador.

El templo de Vesta era circular y elevado sobre un podio de unos 15 metros de diámetro, con una cella rodeada por veinte columnas corintias embebidas. El techo del templo era cónico y tenía una abertura para permitir la salida del humo. Dentro de la cella no se encontraba la estatua de culto, sino sólo el fuego sagrado.

Ovidio Fasti VI Durante mucho tiempo, ¡tonto de mí!, he creido que existían imágenes de Vesta. Después me he enterado que bajo la curvada cúpula de su templo no había ninguna. Lo que en el santuario se oculta es el fuego inextinguible: ni el fuego ni Vesta tienen imagen alguna.

Seguramente habría alguna imagen de Vesta delante del templo, pues el propio Ovidio en Fasti III dice que la estatua de Vesta se cubrió los ojos cuando la vestal Rea Silvia fue madre. Se sabe que en el atrio del templo de Vesta se hallaba la imagen de un falo, FASCINUS que representa la fuerza masculina de la generación. Según algunas leyendas que nos transmite Plutarco los fundadores de Roma serían hijos de una virgen y de un falo fantasmal que salió del fuego. Y el mismo origen habría tenido Servio, que nació de una vestal o de una esclava y de un falo aparecido entre las cenizas del hogar del rey Tarquinio Prisco. Estas leyendas que podemos leer en Plutarco, Romulo, 2 ,justificarían la presencia de un falo en el templo de Vesta.

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Las Vestales, que custodiaban el fuego sagrado eran las únicas sacerdotisas de la antigua Roma, elegidas por el Pontífice Máximo entre las más distinguidas familias patricias a la edad de 6 a 10 años. Servían a la diosa durante 30 años, viviendo en la Casa de las Vestales a cargo del erario público, y tras ese tiempo podían volver junto a sus familias o casarse. Participaban en la vida religiosa de la ciudad en distintas fiestas y preparaban la mola salsa, una harina ritual que se empleaba en todos los sacrificios, pues se extendía sobre el animal conducido al sacrificio. De este hecho procede la palabra inmolar y así nos lo explica Servio en Comentarios a la Eneida X, 541:
propiamente se dice que las victimas son inmoladas no cuando son sacrificadas, sino cuando reciben la mola salsa

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Las vestales debían cuidar el fuego de la patria y la permitía que se apagara tenía el castigo de ser azotada o apaleada, ya que si éste se apagaba se producía en la ciudad una gran aflicción, considerando que estaba amenazada por mayores desgracias y no volvía la tranquilidad hasta que se recuperaba el fuego sagrado, bien por el fuego producido por un rayo, o bien por medio de un taladro que giraba rápidamente en el orificio hecho en un trozo de madera, o directamente de los rayos del sol, como nos dice Plutarco, Numa IX:

Si falta, pues, dicen que no debe encenderse de otro fuego, sino hacerse fuego nuevo o reciente, encendiendo al sol una llama pura y no contaminada. Enciéndenlo principalmente con unos vasos hechos con lados iguales y excavados, digámoslo así, en forma de triángulo isósceles, viniendo de la circunferencia a unirse en un centro. Cada uno de estos vasos se pone vuelto al sol, de manera que los rayos que se recogen por todas partes se reúnan y acumulen en el centro, divide el aire, enrareciéndolo, y prontamente por medio de la reflexión enciende las materias ligeras y secas que se le aplican, tomando los rayos en esta disposición un cuerpo inflamado.
Al ser Vesta la representante del fuego, en su templo no había más agua que la necesaria. Cada día las vestales debían acudir al sagrado manantial de Egeria junto a la Porta Capena (al sur de Roma), pues el agua que abastecía a la ciudad no era adecuada para purificar el templo.

Al igual que el agua también era especial la vasija futile en la que se transportaba y que Servio (Ad Aend, XI, 339) describe así:
Es una vasija de boca ancha y base estrecha de que se sirven en las ceremonias religiosas de Vesta porque el agua traída para las ceremonias no se pone en el suelo, si se hace tal cosa es materia de expiación. De ahí procede la invención de esa vasija que no se mantiene de pie y que si se pretende dejar en el suelo en seguida se derrama.

Festo (s.v) nos da la explicación etimológica de este adjetivo al relacionarlo con el verbo fundere, "verter" vasa futilia a fundendo vocata. Se trata de recipientes que dejan escapar el agua, por eso el significado que hoy tiene el adjetivo fútil, para señalar algo que no tiene valor o eficacia.

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Su vestido se compone de la stola (Plin. Ep. IV, 11, 19), con un vestido corto de lino, carbasus (Val. Max. I, 1, 7 ; Prop. IV, 11, 54), puesto por encima como indumentum (Dionys. II, 68). Cuando hacían sacrificios, añadían un amictus formado por una pieza rectangular de tela blanca adornada con un borde, llamada suffibulum, que iba sobre la cabeza y se sujetaba un broche bajo la garganta.
La imagen de la izquiera representa a la vestal Tuccia que para probar su castidad lleva agua en un cesta desde el rio Tiber hasta el templo de la diosa Vesta. (Val. Max. VIII, 1, 5) ; podemos ver la stola, el carbasus o vestido de lino hasta la rodilla, y el suffibulum, un trozo cogido con la mano izquierda, y el otro cuelga por detrás del hombro derecho.
Los cabellos, bajo este tejido, estaban recogidos con un peinado como el de las novias, seis trenzas paralelas sobre la frente y alrededor de la cabeza, sujetos por la infula, anudada con una cinta vitta.

La infula que llevaban sacerdotes y vestales sobre la cabeza y que se usaba también para adornar los templos y los altares con ocasión de una fiesta evidenciaba el carácter de consagración a la divinidad y de la inviolabilidad religiosa de quien la llevaba.
La infula es según nos escribe Servio en Aend X 538: fascia in modum diadematis a qua vittae ab utraque parte dependent, quae plerumque lata est, plerumque tortilis de albo et cocco

Es una especie de diadema formada por tiras de lana blanca y roja anudadas a intervalos regulares para formar una trenza larga. Esta diadema se divide en seis tiras paralelas, con la forma de trenzas artificiales y colocadas como en estas imágenes de cabezas de vestales con y sin el velo, en las que se distingue los cordones o vittae que cuelgan por detrás de las orejas.