dilluns, 22 de desembre del 2008

El Canto de la Sibila



En la noche del 22 de Diciembre o el día de Navidad el Canto de la sibila se interpreta en las iglesias de Mallorca (entre las cuales destaca la Catedral de Palma), en la ciudad italiana del Alguero y en la ciudad valenciana de Ontinyent. El canto es un drama litúrgico y un canto gregoriano que fue declarado Bien Inmaterial de Interés Cultural por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio el 16 de enero de 2004.

Además en algunos lugares como en Santiago de Compostela se representa el Ordo Prophetarum la noche del dia 30 de diciembre en el que aparecen la Sibila y Virgilio, incluso estos personajes paganos están esculpidos en sus Pórticos (en Santiago de Compostela en la imagen de la izquierda), tallados en sus sillerías (en Zamora, en la imagen inferior) o pintados en frescos de las catedrales.


¿Cómo han llegado los personajes paganos de la Sibila y Virgilio al interior de las catedrales?

Primero empezaremos por saber quienes eran las Sibilas y la importancia que tuvieron para griegos y romanos paganos y posteriormente también para los cristianos.

Las Sibilas eran mujeres de la mitología griega y romana con poderes para la profecía, inspirados por el dios Apolo. Según la leyenda la sibila ofreció al rey Tarquinio nueve Libros Sibilinos en los que estaban recogidas las profecias de la Sibila. En principio los rechazó, y la Sibila empezó a quemarlos hasta que el rey terminó comprando tres por un precio exorbitante.Estos tres libros se colocaron los oráculos en un cofre de piedra y se situaron en un subterráneo del templo de Júpiter capitolino. Para su custodia se crearon los duoviri sacris faciundis, que pasaron a diez y finalmente a quince (quindecenviri). En el año 83 a. C. el fuego destruyó los llamados Libros Sibilinos originales y hubo que formar una nueva colección que no ha llegado hasta nuestros días porque el emperador Honorio mandó destruirlos (395-423).

Sus libros se consultaban en ocasiones especiales para la expiación de los prodigios, y proporcionaban a Roma eficaces rituales contra las consecuencias de fenómenos anormales o terribles (procuratio prodigiorum). Entonces el Senado ordenaba la consulta de los Libros al colegio sacerdotal –que sólo en ese caso podía consultarlos: el examen de esos libros por razones privadas o intereses particulares estaba totalmente prohibida y podía acarrear serias consecuencias al sacerdote que lo realizara-. Los sacerdotes buscaban la respuesta en los Libros y se la comunicaban al Senado, que se ocupaba de ponerla en práctica.

Pero aún hubo una tercera colección de libros sibilinos Oracula Sibyllina, según Voltaire en Diccionario filosófico IX y la tercera es la que tenemos en ocho libros, y en la que es indudable que el autor ha insertado muchas predicciones de la segunda. Esta coleccion es el fruto del piadoso fraude de algunos cristianos platónicos, mas celosos que hábiles, que creyeron al componerla que daban armas á la religion cristiana, y que ponian á sus defensores en estado de combatir el paganismo con mas ventajas

En el libro octavo de estos oráculos hay unos versos de la sibila Eritrea referentes a la segunda venida de Cristo en el Juicio Final, que forman en griego en acróstico JESUS CHRISTUS DEI FILIUS SERVATOR CRUX. San Agustin recogió estos versos en La ciudad de Dios,XVIII [XXIII] traduciéndolos del griego al latín convierte los 34 versos en 27.El primero de ellos que seré al refrán del llamado Canto de la Sibila es:

Iudicii signum: tellus sudore madescet

La señal del juicio: la tierra se empapará de sudor


Tras San Agustín un contemporáneo suyo Quodvultus escribió un sermón subtitulado De Symbolo para combatir el arrianismo, paganismo y judaismo. En él pasa revista a los testimonios proféticos sobre la venida del Mesías, primero los profetas Isaías, Jeremías, Daniel, Moisés, David y Habacuc, después cuatro personajes del Nuevo Testamento, Simeón, Zacarías, Isabel y San Juan Bautista, y finalmente tres paganos, Virgilio, Nabucodonosor y la Sibila Eritrea que repite los versos de San Agustín.

Tal sermón pasó a ser utilizado en el oficio de maitines de Navidad, generalmente como sexta lección, y de él derivó en el teatro litúrgico medieval, la famosa pieza conocida como Ordo Prophetarum o Procesión de los Profetas. En la misma intervienen Isaías, Jeremías, Daniel, Moisés, David, Abacuc, la Sibila, Juan Bautista, etc y Virgilio, a quien se le presenta «cum cornu et calamo, edera coronatus, scriptorium tenens». La intervención de Virgilio como personaje dramático se limita a contestar a un dúo de cantores. Estos le piden:

Maro, uates gentilium, da Christo testimonium

Y Virgilio contesta con unas palabras de la Égloga IV:

Ecce polo dimissa sola noua progenies est.

Por lo tanto Virgilio aparece como un profeta del nacimiento de Cristo, pero...¿cúando?.Pues en su famosa Égloga IV se vió una predicción del nacimiento de Cristo.


Dicha composición estaba dedicada a Asinio Polión que junto a Mecenas medió para lograr un tratado de paz en el 40 a. C. por el que Occidente quedó a cargo de Octavio, Oriente de Antonio y el Norte de África, Sicilia y Cerdeña de Sexto Pompeyo. Poco después Polión fué consul y tuvo un hijo.Virgilio lo felicita como quien, bajo sus auspicios, renacerá la edad de oro, y predice que el niño inaugurará un siglo de altísimos destinos. La paz no duró mucho: eliminado Pompeyo, Octavio derrotó a Antonio, y con el nombre de Augusto, otorgado por el Senado, restauró la república e inició la era de paz que durará dos siglos. Durante el reinado de Augusto nace en Palestina Jesucristo, ya que Augusto fallece en el año 14 d. C.

Lactancio en sus Divinae Institutiones, en el siglo IV, interpretó esta égloga en sentido cristológico; lo mismo hizo Constantino en la oración pascual después del concilio de Nicea, y San Agustín admitió, como posible, la inspiración divina de la Sibila cumana, y derivando de ella la inspiración de esta égloga.Un fragemnto de la misma dice:

Ya viene la última era de los Cumanos versos:

ya nace de lo profundo de los siglos un magno orden.

Ya vuelve la Virgen, vuelve el reinado de Saturno;

ya desciende del alto cielo una nueva progenie.

Tú, al ahora naciente niño, por quien la vieja raza de hierro

termina y surge en todo el mundo la nueva dorada,

se propicia ¡oh casta Lucina!: pues ya reina tu Apolo.



Durante la Edad Media conocemos ceremoniales del Canto de la Sibila de la catedral de Vic y de la catedral de Gerona en los que se menciona en el Oficio de Maitines de Navidad con la novedad de que ya no se hacen en latín , sino en occitano o en catalán.La razón de esta traducción es puramente didáctica para facilitar la comprensión de los versos a los fieles.

La difusión de los versos de la Sibila en romance sucede en España desde el siglo XIII puesto que en las Cántigas de Santa María de Alfonso X el Sabio hay una adaptación del Iudicii signum.

En la actualidad se interpreta en muchas localidades de la geografía española, en concreto en Ontinyent se realiza desde el año 2000 junto a la Danza de la Muerte y han introducido más personajes de la mitología clásica como son las Parcasque son las encargadas de abrir y cerrar el acto de la sibila. En la noche de los tiempos y el nacimiento del verbo y la luz es el momento en el cual entran las hijas de la noche o hilanderas (mories o parcas). Cada una de ellas se encargará de dar, medir y quitar la vida. Para representar esto una llevará un hilo (la que dará la vida), otra una vara de medir y, por último, la tercera parca llevará unas tijeras para recortar la vida. Estos tres nuevos personajes representan la duración de la vida, que como no podría ser de otra manera, en Ontinyent está vinculado al textil a través del hilo que concede la vida”

Para oir el Canto de la Sibila en catalán, visita estos enlaces:

en versión completa http://www.mallorcaweb.com/nadal/audio/sibilla.ram

o un fragmentto http://www.lluc.net/nadalblau/sibil-la.mp3


diumenge, 23 de novembre del 2008

Aetates hominis


Siguiendo a San Isidoro en Etimologías XI, las etapas de la vida del hombre son seis:
infantia, pueritia, adolescentia, iuventus, gravitas atque senectus, es decir, infancia, niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez

I) La primera edad de la vida se llama infantia (desde el nacimiento hasta los siete años.) Se define al infans por una incapacidad: infantes viene de in (prefijo privativo) y de fari, hablar: "el que no habla". Esta incapacidad dura hasta los siete años, cuando el niño adquiere ya un lenguaje estructurado. La infancia termina cuando empiezan a caer los dientes de leche.



II) La segunda fase que llega hasta los catorce años es la pueritia, la niñez. Comienza a los siete años, cuando el niño está en la edad escolar. Deja de estar vinculado sólo a la madre y comienza a participar en cultos privados y públicos. Este período está marcado por la caída de los dientes de leche. A los niños se les llama puer porque son puros, sin barba. (puri, id est impubes, Censorino De die natali, 14, 2 ) y todavía no pueden tener hijos. Las niñas reciben el nombre de puellae.


III) La tercera es la adolescencia, adolescentia: del verbo adolesco, porque se están desarrollando, tienen ya madurez sexual y pueden engendrar. En esta edad en los chicos la barba ya está completa, y se suele realizar la ceremonia de la toma de la toga viril y depositio barbae. Esta fase va desde los 14 a los 28 años. A los chicos y chicas de esta edad se les llama adulescentes



IV) El cuarto momento de la vida de un hombre es la juventud, la iuventus, época de mayor fuerza y poder que abarca desde los 28 años hasta los cincuenta. Supone la realización del hombre en todos los ámbitos de la vida familiar, social, política,...

Según San Isidoro ahora el hombre es llamado iuvenis, porque empieza a poder ayudar iuvenis vocatus, quod iuvare posse incipit


V) La quinta es la edad de la madurez, esto es, de la gravedad gravitas. Es el tránsito de la juventud a la senectud, pero ya no es juventud porque es de más edad. Termina a los setenta años. Momento de paulatina decadencia física y mental hacia la vejez. El hombre en este momento de su vida recibe la denominación de senior, que el propio San Isidoro explica que no es más, sino menos que anciano.

Adulescentior non utique magis adolescens, sed minus; ut senior minus sene, ubi comparativus gradus minus significat a positivo


VI) La sexta edad es la senectus, la vejez, que no termina con ningún tiempo y todos los que han pasado de la anterior edad se llaman ancianos. La vejez es la última parte de la senectud, llamada así porque es el término de la sexta edad. Los ancianos se llaman senes por la disminución de los sentidos, a sensus diminutione.


Y finalmente llega la muerte que puede ser de tres tipos:

Tria sunt autem genera mortis: acerba, inmatura, naturalis. Acerba infantium, inmatura iuvenum, merita, id est naturalis, senum.

Cruel la de los niños, prematura la de los jóvenes, merecida, es decir, natural, la de los ancianos.

En este cuadro vemos un resumen:


Fase de la vida

del hombre

Duración

Denominación

Infantia

0-7 años

infans

Pueritia

7-14 años

puer/puella

Adolescentia

14- 28 años

adolescens

Iuventus

28- 50 años

iuvenis vir/mulier

Gravitas

50-70 años

senior

Senectus

70-....

Senex/ anus


Es bastante llamativa la gran diferencia entre estas definiciones de las edades y los ciclos biológicos reales de la vida humana, con una adolescencia que en Roma alcanza hasta los veintiochoaños y una juventud que puede llegar nada menos que a los cincuenta.

La razón que explica la excesiva prolongación tanto de la adolescencia como de la juventud es la institución típicamente romana, la patria potestas “el poder de los padres”, que habían llegado a tener hacia sus hijos el derecho sobre su vida y su muerte.

Bajo esta potestad, los padres podían organizar todas las fases de la vida de los hijos hasta que, después de la muerte de éstos, aquellos no se convertían a su vez en padres de familia, para reproducir y practicar los idénticos mecanismos de poder a los que anteriormente habían estado sometidos.

O sea, que estamos en plena juventud!!! No inventarían los romanos también eso de ...la vida empieza a los cuarenta???


diumenge, 9 de novembre del 2008

Calendario brontoscópico



El calendario brontoscópico es un documento de tradición haruspicinal (Etrusca Disciplina) traducido del etrusco al latín por el conocido pitagórico Nigidius Figulus que nos ha llegado a través de la traducción griega de Johannes Lydus en su obra De Ostentis y representa el mayor documento etrusco conocido, aunque ya no en su idioma original.

Es un calendario que se basa en la adivinación por medio de los truenos que se producen en una fecha concreta. relacionándolos con el clima, la fauna, la vida social y politica, las revueltas, los problemas sociales, los esclavos, los jovenes, las mujeres...

Por ejemplo, el texto contiene las siguientes alusiones a los esclavos:

6 de julio: “si tronara habrá amenaza de enfermedades mortales para los esclavos”

19 de agosto: “si tronara, las mujeres y la servidumbre harán estragos”

7 de septiembre: “si tronara, amenazarán enfermedades y ruina a la esclavitud”

7 de enero: “si tronara habrá guerra servil durante largo tiempo”

25 de enero: “si tronara, habrá guerra servil”

26 de marzo: “si tronara, habrá compra de esclavos extranjeros”


Podéis leer la obra entera De Ostensis en este enlace. Se llama Diarium tonitruale et locale iuxta lunam secumdum P. Nigidium Figulum ex scriptis Tagetis, va de la página 37 a la 62.

También os enlazo a la traducción al inglés que he encontrado aquí.








dilluns, 3 de novembre del 2008

Cuadrante solar de Cartago

Descripción

Adquirido por la Sociedad de Amigos del Louvre, este cuadrante solar de época imperial es un ejemplo excepcional de skaphe (cuadrante cóncavo), provisto de un orificio por el que pasa la luz y dos asas laterales y molduras concéntricas en el fondo exterior. Tiene la forma de un vaso, el skyphos, muy de moda en la vajilla romana de lujo desde el final de la República y en el s. I a.C.: el nombre del mes de agosto traza el límite cronológico y de datación del cuadrante, puesto que se le dio el nombre de augustus al mes sextilis en el 8 a.C., en honor del emperador Augusto. Sus paredes están adornadas de ramas de encina cargadas de bellotas. La decoración se ve interrumpida por un orificio circular practicado en la pared y por una muesca profunda para facilitar su fijación a un pedestal o columna. Su forma es perfectamente semiesférica, de mármol y probablemente de factura griega. El orificio que hace de gnomon tiene 5 cm de diámetro y estaba recubierto por una placa metálica, desaparecida, de forma semicircular en la que también había practicado un orificio, mucho más pequeño, de entrada de luz. Esta placa estaba unida al mármol por 16 remaches de plomo y venía a funcionar como el diafragma de una cámara fotográfica, reduciendo a un grueso punto de luz la mancha solar sobre la pared interior de la copa. Esta pared, además, se encuentra rebajada en un buen tramo, centrado respecto del orificio, para impedir que los rayos solares encuentren algún obstáculo y puedan penetrar en la copa incluso en las últimas horas del día. El diámetro del cuadrante, de asa a asa, es de 73 cm, su altura de 30 cm y su diámetro interior de 49 cm.

En su interior, perfectamente pulido, se observan tres tipos de incisiones:

1- Siete curvas cerradas que parecen casi circulares, pero que en realidad se desarrollan en tres dimensiones, excepto la cuarta que es un círculo. Estas curvas no son concéntricas, pues todas ellas pasan por el centro del orificio que hace de gnomon. La más exterior pasa muy cerca del borde de la copa.

2- Once líneas irregulares que se extienden de la primera a la última curva y que las cortan bajo los ángulos más o menos cercanos al ángulo derecho y delimitando, sobre cada una, segmentos iguales entre ellos, de dos en dos, de una parte y de otra del eje de simetría constituido por la línea central. Sobre la cuarta curva, los segmentos son todos iguales.

3- Inscripciones en caracteres griegos en mayúscula que se refieren a cada una de las siete curvas. La primera curva, la más exterior, está anotada por 6 palabras y parece que lo mismo ocurría en la curva más interior, aunque hay demasiados caracteres borrados como para poderlo asegurar.

Yendo de la curva más exterior a la más interior, encontramos:

1- Círculo del solsticio de verano / Octavo día antes de las Calendas de Julio

2- Octavo día antes de las Calendas de Junio / Octavo día antes de las calendas de agosto.

3- Octavo día antes de las calendas de mayo / Octavo día antes de las calendas de septiembre.

4- Octavo día antes de las calendas de… (abril) / Octavo día antes de las calendas de octubre.

5- Octavo día antes de las calendas de marzo / Octavo día antes de las calendas de noviembre.

6- Octavo día antes de las calendas de… (febrero) / Octavo día antes de las calendas de diciembre.

7- Círculo (del solsticio de invierno) / Octavo día antes de las calendas de enero.

Ha de hacerse notar la mezcla de palabras auténticamente griegas y de palabras que designan los doce meses del calendario juliano que notan latín pero en caracteres griegos. Llama la atención también el empleo de la letra griega eta mayúscula (H) para designar, con valor numeral, el octavo día, aunque ella misma ocupa el séptimo lugar en el alfabeto griego, y ello se debe a la desaparición de una letra, la digamma, en época clásica. La digamma subsistió con su valor numeral y eta quedó para el número ocho. Y aún, que la curva exterior viene designada, a la vez, por una fecha y por su posición astronómica sobre la eclíptica (solsticio de verano), lo mismo que la más interior (solsticio de invierno).

Funcionamiento

El cuadrante se mantenía fijado de forma vertical con la cara interna vuelta hacia el observador y el orificio dirigido al cielo.

Las once líneas que cortan las 7 líneas curvas notan las doce horas diurnas, más largas en verano y más cortas en invierno, en que estaba dividida una jornada romana. El punto de luz debido al rayo de sol que penetra por el orificio indica el mes, el día y la hora. Su posición correcta es meridional y se obtienen resultados dándole una inclinación que vaya en función de la latitud de instalación.

El reloj está construido para una latitud de 41⁰, lo que quiere decir que, si proviene de Cartago, cuya latitud es menor, muy probablemente fue transportado allí.


Tipología

Vitruvio, y su De architectura, es la fuente fundamental para conocer los relojes solares de la Antigüedad. En el libro IX, cap. 8, ofrece una lista de 10 modelos diferentes y los atribuye a 10 inventores, aunque su descripción, o la falta de ella, resulta confusa (precisamente esto hace que sea difícil tipificar el cuadrante del Louvre) y sus inventores, prácticamente desconocidos:

1- Hemicyclium excavatum ex quadrato succisum (Beroso el Caldeo)

2- Scaphe hemisphaerium (Aristarco de Samos)

3- Discum in planitia (Aristarco de Samos)

4- Arachné (Eudoxo de Cnido, también atribuido a Apollonio)

5- Plinthon, llamado también Lacunar, instalado en el circo Flaminius (Scopinas de Siracusa)

6- Pros ta istoroumena (Parmenio)

7- Pros pan klima (Teodosio y Andrias)

8- Pelecinum (Patrocles)

9- Conum (Dionisodoro)

10- Pharetra (Apollonio)

Después de esta lista, Vitruvio prosigue diciendo: «[…] Estos hombres y muchos otros nos han legado todavía otros tipos de cuadrantes, tales como conarachné, el plinto cónico y el antiboreum» (el plinto cónico recibe también el nombre de eugeniaton)

Puede resultar interesante, para obtener una vista conjunta de todas las hipótesis relativas a los relojes solares de la Antigüedad, leer la obra de Aldo Trinchero, Orologi solari antichi.

Varias han sido las interpretaciones para el cuadrante de Cartago, pero la más conocida es aquella que lo cataloga como de tipo Arachné (Denis Savoie y Roland Lehoucq, Revue d’Archéométrie). La compleja red de líneas que cubren el interior del vaso puede hacer pensar en un cuadrante de este tipo. Con más certeza, sin embargo, puede afirmarse que el cuadrante pertenece al tipo de los escafes (del gr. Skaphein, cavar, vaciar en el grabado) o cuadrantes cóncavos con orificio que filtra la luz del sol. Otros autores recientes lo hacen perteneciente al tipo antiboreum, como al cuadrante encontrado en Pérgamo (Gibbs Sharon L., Greek and Roman Sundials). No hay que olvidar, sin embargo, que, por etimología, antiboreum sería un cuadrante orientado a Bóreas, es decir, al Norte.

Lo bien cierto, por otra parte, es que hay 24 cuadrantes de este tipo en el mundo, aunque la mayoría en estado muy fragmentario, y de ellos, quizás sólo 3 ó 4 presentan elementos esculturales interesantes, pero ninguno de ellos contiene indicaciones gnomónicas tan completas como el que nos ocupa.

Además de este reloj, Cartago ha ofrecido otros dos:

1- Un cuadrante cónico (Gibbs: 3088)

2- Un cuadrante plano vertical con los nombres de los meses romanos escritos en caracteres latinos (Gibbs: 5021)


diumenge, 26 d’octubre del 2008

Origen del reloj de arena


Son muchas las hipótesis acerca de quién o cuándo se inventó el reloj de arena, podemos leer que fue un monje de Chartres, o Aristóteles, o Vitruvio,..Hay quienes justifican que es conocido desde la antigüedad, sin embargo si buscamos pruebas documentales escritas o gráficas, constatamos que ni en la literatura de la antigüedad ni en los textos de los primeros cristianos hay ninguna mención al reloj de arena.

Los primeros documentos escritos son del siglo XIV

La primera prueba escrita es una factura de doce glass horloges, pro xii. orlogiis vitreis y otros cuatro del mismo tipo, de eadem secta, comprados en 1345 en el puerto flamenco de Lescluse (hoy Sluis) por Thomas de Stetesham del barco inglés La George. Tal como podemos ver en el libro de Nicholas Harris (1847). A history of the Royal navy, from the earliest times to the wars of the French revolution, vol. II. London: Richard Bentley, 476.

Además de la importancia del documento por el dato cronológico que nos ofrece es indicativo también del empleo de estos instrumentos en la navegación marítima.

El segundo documento es del año 1393 aproximadamente, cuando un ciudadano de Paris escribió un libro sobre asuntos domésticos que la Sociedad de Bibliófilos de Francia dió a la imprenta en 1846. En este libro llamado Le Ménagier de Paris se recogen los deberes de la mujer casada para con su esposo, y también recetas caseras, entre ellas, las instrucciones para preparar la arena del reloj:

“Tómense serraduras de mármol negro, cuézanse bien nueve veces en vino, espúmense nueve veces y séquense al sol nueve veces”


Los primeros testimonios gráficos los encontramos en el siglo XIV:

La primera representación pictórica la encontramos en el año 1338-1339, en el cuadro Alegoría del Buen Gobierno de Ambrogio Lorenzetti que se encuentra en el Palazzo Pubblico de Siena, en el que la Temperancia sujeta un reloj de arena.


Hasta la Edad Media alemana no aparecen en las artes plásticas representaciones indubitables del reloj de arena. Surgen de modo esporádico en el siglo XV y llegan a ser muy abundantes en los siglos XVI y XVII especialmente en los cementerios.






A veces se dice que se usaba en la época de San Jerónimo (331-420) porque es uno de los atributos del santo. Pero las representaciones de San Jerónimo en su cuarto de estudio que conocemos son grabados alemanes del siglo XVI. Como el grabado de Durero “San Jerónimo en su celda” que ilustra el artículo es de 1514.









Los lugares de uso de los relojes de arena eran los cuartos de estudio, la navegación y el púlpito, pero en la actualidad se usan con fines decorativos o para medir un tiempo muy corto, por ejemplo en los juegos de mesa son muy habituales o para medir el tiempo de la ducha como en la imagen




Al ser un instrumento con el que podemos ver el fluir constante del tiempo tiene un gran valor simbólico por lo que se usa en literatura y artes gráficas como representación del fugaz paso del tiempo y de la muerte.


Por el ápice abierto el cono inverso
Deja caer la cautelosa arena,
Oro gradual que se desprende y llena
El cóncavo cristal de su universo.
Hay un agrado en observar la arcana
Arena que resbala y que declina
Y, a punto de caer, se arremolina
Con una prisa que es del todo humana.
La arena de los ciclos es la misma
E infinita es la historia de la arena;
Así, bajo tus dichas o tu pena,
La invulnerable eternidad se abisma.
No se detiene nunca la caída
Yo me desangro, no el cristal. El rito
De decantar la arena es infinito
Y con la arena se nos va la vida.




Fragmento de Poema de El reloj de arena, de Jorge Luis Borges.

Grabado de Durero Melancolía, de 1514.


diumenge, 19 d’octubre del 2008

ÁNEMOI

Los vientos, entendidos como energía, desempeñan un papel importante en los mitos, en los que en muchas ocasiones han sido protagonistas, de las primeras civilizaciones. Desde la civilización sumeria a la romana, representaban una de las fuerzas primarias y elementales de la naturaleza.

Dado que el pensamiento griego consideraba que las fuerzas de la naturaleza no debían estar dominadas por los hombres, la civilización griega otorgó a los vientos carácter divino y les concedió personalidades propias. Convertidos, así, en dioses-viento, a algunos de ellos se les llegó a rendir culto, sobre todo por parte de agricultores y navegantes. De ahí, probablemente, el desinterés inicial por las aplicaciones tecnológicas con los vientos como energía y principio motor, a pesar del gran desarrollo científico y filosófico de la civilización helena.

Sí fueron, sin embargo, conocidos y fuertemente respetados en el arte de la navegación, lo que permitió a Grecia ser una gran potencia en el mar. Episodios que lo demuestran hay muchos en la literatura griega, baste recordar la espera de Agamenón para salir hacia Troya (y las consecuencias que tuvo) y el frustrante retorno de Odiseo a Ítaca.

Los principales vientos, que no los únicos, son ocho, que se identifican con los ocho puntos cardinales: Norte, Sur, Este, Oeste, Nordeste, Noroeste, Sureste y Suroeste.

Bóreas (Norte)

Dios del Viento del Norte. Vive en Tracia, que, para Grecia, es el país frío por excelencia. Es hijo de Eos y Astreo, hermano de Zephyros y Notos. Pertenece, pues, a la estirpe de los Titanes, seres que personifican las fuerzas elementales de la Naturaleza. Tenía un templo en Atenas, en la orilla del rio Iliso, y cada año los atenienses celebraban fiestas en su honor: las Borcasmas. Se le representa iconográficamente como un hombre alado, viejo y con barba, de cabellos duros y ásperos, vestido con túnica, calzado con coturnos hasta media pierna y llevando en la mano un Caracol de Mar a través del cual sopla el aire frío, haciendo el ruido característico del viento.


Notos (Sur)

Notos es el dios del Viento del Sur, cálido y cargado de humedad. Es hijo de Eos y de Cetreo y, por tanto, hermano de Boreas y Zephyros. Ovidio lo muestra de elevada estatura, viejo, con los cabellos blancos, de aspecto tétrico y una tela atada alrededor de su cabeza, mientras el agua gotea desde todas las partes de sus vestidos. Juvenal, en cambio, lo representa en la Caverna de Eolo con los rasgos de un hombre alado, robusto y completamente desnudo. Marcha sobre las nubes, sopla con las mejillas infladas para evidenciar su violencia y lleva una regadera en la mano para anunciar que casi siempre trae lluvias.
En Teogonia, v.869 ss., Notos destaca entre los vientos de gran beneficio para los hombres, lejos de las ráfagas desenfrenadas y malignas, engendros de Tifeo, que arrasan a los navegantes y las cosechas.

Dant maria et lenis crepitans vocat Auster in altum (Aen. III, 70)

Creber et aspirans rursus vocat Auster in altum (Aen. V, 764)

Apeliotes (Este)

Apeliotes es el dios del Viento del Este, hijo de Eos y Astreo. Él es el encargado de hacer soplar el viento que madura los frutos. Se decía que vivía cerca del palacio de Helios, hacia el Oriente, y, por ello, se le conoce también como «el viento cruzado», porque va guiando los rayos del sol. Iconográficamente se le representa como un hombre alado, joven, sin barba, completamente vestido con una túnica, con coturnos, y llevando en las manos parte de un manto dentro del cual hay una gran cantidad de frutos y cereales. En la mitología, a veces hay confusiones frecuentes entre el dios viento Apeliotes y el dios viento Euros: hay quien atribuye a Apeliotes, no la dirección Este de la rosa náutica, sino la dirección Nordeste, quedando, entonces, la dirección Este para el dios Euros.

Zephyros (Oeste)


Zephyros es el dios del Viento del Oeste, hijo también de Eos y Astreo. Los poetas griegos y latinos lo han honrado porque llevaba el fresco a las zonas cálidas que ellos habitaban. Su soplo, dulce y poderoso al mismo tiempo, da vida a la Naturaleza. Los griegos le suponían esposo de Cloris y los romanos, de la diosa Flora. Los poetas lo describen como un joven de fisonomía dulce y serena con alas de mariposa y una corona hecha de toda clase de flores. Se le representaba a través del espacio con una gracia y una ligereza aérea y llevando en la mano una cesta llena de las flores más bonitas de la Primavera.

Kaikias (Nordeste)

Kaikias es el dios del Viento del Nordeste, hijo de Eos y Astreo, y el encargado de lanzar granizo, que lleva dentro de un escudo que sostiene en sus manos, sobre todos los que se encuentran debajo de él. Se le representa como un hombre alado, viejo, con barba, completamente vestido con túnica y descalzo.



Skiron (Noroeste)

Es el dios del Viento del Noroeste, hijo de Astreo y de Eos. Por ser un viento frío y seco, se le asocia directamente con el inicio del invierno. Iconográficamente se le representa como un hombre alado, viejo y barbudo, con los cabellos desordenados, completamente vestido con túnica y calzando coturnos. Lleva entre sus brazos un vaso de bronce del que saca cenizas ardientes.

Euros (Sudeste)


Euros es el dios del Viento del Sudeste. Hijo de Eos y de Astreo, o tal vez de Tifón. Es el hijo preferido de Eos, viene de Oriente y vuela con los caballos de su madre. Horacio lo describe como un dios impetuoso y Valerio Flaco como un dios desgraciado por las tempestades que ha ocasionado. Los modernos, en cambio, lo representan como un joven alado, más calmado y dulce, que por donde pasa va sembrando flores.


Lips (Sudoeste)


Es el dios del Viento del Sudoeste, hijo de Astreo y de Eos. Lleva en las manos la popa de un barco en actitud de ir dirigiendo uno él mismo. Se le representa como un hombre alado, muy joven, sin barba, vestido con túnica y descalzo, sosteniendo entre sus manos el timón de una nave. Su función dentro de la mitología griega no está muy definida.

Una de las primeras aplicaciones tecnológicas de los vientos son los molinos hidráulicos, cuya existencia documenta Antípatro de Salónica en el siglo I a.C. al hablar de las ruedas hidráulicas. A pesar de que Vitruvio, los cita en su obra De architectura, los romanos no los utilizaron con demasiada frecuencia. Ello se debía a la abundancia de la mano de obra esclava, que suplía a las aplicaciones técnicas y a las fuentes de energía (precisamente fue la desaparición de la esclavitud lo que hizo que los molinos hidráulicos comenzaran a utilizarse en los siglos IV y V) No es, sin embargo, ésta la única aplicación técnica: Herón de Alejandría, en el siglo II d.C., crea una máquina neumática conocida como el Auneriom, que giraba impulsada por la fuerza del viento, y que debía su movimiento a un rotor de eje horizontal, parecido a los molinos mediterráneos y, en general, a los europeos.

Los vientos no sólo han inspirado a la técnica creando ingenios que nos facilitan la vida, sino que, en otro orden de cosas, han alimentado también nuestro espíritu: los encontramos en la literatura, en el arte... Y ayer me sorprendí cuando encontré que también han servido de inspiración a un locutor de radio argentino, Alejandro Dolina, que con mucho ingenio relata el mito que relaciona a Eolo con los vientos y con Odiseo. Lo podéis oír aquí. Según él, además, hay un tango de Gardel cuya letra fue inspirada por el mito del retorno de Odiseo a su hogar. Ese tango es Volver y aquí os dejo la letra. Juzgad vosotros mismos si hay o no un referente.